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  • Foto del escritorNoelia Ortiz Rivera

Tienen los fondos federales un impacto positivo en la calidad de la gobernanza y la política pública

¿En qué dependen los gobiernos económicamente? Por lo general, la eficiencia y calidad de un gobierno está vinculada con los impuestos que este reciba. En esto se incluyen la creación, implementación y la calidad de las políticas públicas o el rechazo de estas mismas. En el caso de Puerto Rico, el gobierno recibe fondos federales a través de los Estados Unidos. Esta situación impacta la calidad del gobierno colonial y además la creación de distintas políticas públicas. Los fondos federales en Puerto Rico, a pesar de que algunos los han considerado como positivos, han tenido un efecto negativo en la eficiencia del gobierno y las políticas públicas.

Primero que todo, hay que tener en consideración el contexto histórico en el que Puerto Rico se encuentra, ya que ha sido una colonia de los Estados Unidos desde 1898. Esta situación ha causado una dependencia económica del país hacia la metrópoli más grande con el pasar del tiempo, mediante el uso de fondos federales. Consecuentemente, el establecimiento y el uso de estos mismos no es determinado por el pueblo puertorriqueño, sino que por el gobierno estadounidense. Además, lo mismo aplica respecto a la creación e implementación de políticas públicas en el país. Estos elementos no afectan a Puerto Rico solo política y económicamente, sino además social y culturalmente, ya que las políticas públicas impactan la manera en la que se atienden o agravan distintos problemas sociales.

Un componente histórico e importante para analizar la situación de los fondos federales en Puerto Rico es la crisis de los 70. Para esta década, el desarrollo de la economía de Puerto Rico experimentó un repentino detenimiento, principalmente debido a la recesión en los Estados Unidos. Fue durante este tiempo que los fondos federales hacia Puerto Rico incrementaron. Pero esto no ha sido un elemento positivo para el archipiélago, sino que lo opuesto. Se ha comprobado que Puerto Rico nunca se recuperó completamente de la crisis de los 70. Desde ese entonces, los fondos federales en la nación no han contribuido al desarrollo económico, pero sí han subsidiado a puertorriqueños y puertorriqueñas bajo los niveles de pobreza (“Federal Funds” and the Puerto Rican Economy: Myths and Realities, 2007). El subsidio de los puertorriqueños y puertorriqueñas bajo los niveles de pobreza mediante el uso de los fondos federales ha causado un tipo de dependencia hacia los Estados Unidos que mantiene a la población puertorriqueña en la misma posición de pobreza.

Ahora bien, el estado de dependencia a los Estados Unidos no solamente es visible en la población puertorriqueña, pero también lo es en el caso de las políticas públicas en la nación. Cuando los fondos federales en Puerto Rico son establecidos desde los Estados Unidos, estos mismos tienen algún objetivo proveniente de la metrópoli.

Las políticas públicas están atadas a estos objetivos, pero, como los fondos federales proceden de otro país, las políticas públicas establecidas con estos fondos proceden del mismo país también. En otras palabras, las políticas públicas establecidas en Puerto Rico no son provenientes del pueblo puertorriqueño, sino del gobierno estadounidense. Los Estados Unidos determina qué políticas públicas se implementan y cuáles se ignoran. Las políticas públicas tienen como propósito atender a los problemas, necesidades e intereses de la población, por lo que es importante conocer sobre qué exactamente la población necesita o aspira. En el caso de Puerto Rico, este aspecto es ignorado, ya que no es Puerto Rico quién decide qué políticas públicas se crearán.

Pero entonces, ¿cuál es el propósito de las políticas públicas en Puerto Rico establecidas por fondos federales del gobierno estadounidense? En “La dependencia fiscal y la política pública del Estado Libre Asociado de Puerto Rico”, el Dr. Richard Blanco Peck explica que los Estados Unidos tiene como meta integrar a Puerto Rico a ser más como la metrópoli. El autor argumenta que “La nación dominante promueve la transición de un tipo de sociedad existente hacia una más parecida a la suya, eliminando características, sociales, culturales y políticas de la sociedad recipiente.” Esto implica la americanización de Puerto Rico, ya que siendo colonia estadounidense, los Estados Unidos son la nación dominante. Por ende, el gobierno estadounidense, teniendo más autonomía que Puerto Rico, tiene la capacidad de transformar a la sociedad puertorriqueña a una más parecida a la estadounidense. Esto se ha visto a través del pasar del tiempo en asuntos tales como la implementación del inglés en las escuelas puertorriqueñas con el propósito de establecer el inglés como el idioma oficial de Puerto Rico y la disminución de la agricultura puertorriqueña e incrementación de industrias estadounidenses. Otros ejemplos más contemporáneos de políticas públicas establecidas para hacer la sociedad puertorriqueña más parecida a la estadounidense son la implementación de la política No Child Left Behind y la implementación de las escuelas Chárter. Existe una relación de poder entre Puerto Rico y los Estados Unidos que permite a los Estados Unidos hacer la mayoría, o hasta todas, las decisiones que involucran al archipiélago, sin considerar a la población puertorriqueña, sus problemas, necesidades e intereses.

Otra problemática social que Puerto Rico enfrenta debido al poder estadounidense sobre la nación es el socio-psicológico. A causa de la dependencia histórica de Puerto Rico a los Estados Unidos, el pueblo puertorriqueño ha sido programado a pensar que el gobierno estadounidense los cuida, o que atenderá todos sus problemas sin importar que. Esto causa que en situaciones de corrupción en el gobierno colonial, se culpa solamente a este y se ignora el papel que el gobierno estadounidense toma. Sin embargo, la condición colonial misma es un factor contribuyente a los casos de corrupción en el gobierno del archipiélago. La dependencia socio-psicológica de la población puertorriqueña hacia los Estados Unidos hace que el pueblo piense negativamente de sí mismos, ya sea subconscientemente o conscientemente, y por ende, que piensen del gobierno de la metrópoli más positivamente, considerándolo como superior.

Cabe destacar que existe una falsa idea de una percibida dependencia total de puertorriqueños a los fondos federales. Sin embargo, los puertorriqueños pagan contribuciones para recibir distintos beneficios, como lo son los beneficios de veteranos y pensiones. Además, los fondos federales juegan un papel en el mantenimiento de Puerto Rico como un paraíso de impuestos para las empresas estadounidenses.

Ahora bien, ¿cómo es Puerto Rico un paraíso para las empresas estadounidenses? En “Federal Funds” and the Puerto Rican Economy: Myths and Realities (2007), Emilio Pantojas García explica que los fondos federales hacia Puerto Rico benefician mayormente a las corporaciones estadounidenses operando en Puerto Rico. En el 1976, la Sección 936 del Ingreso Interno fue implementada en el archipiélago. El propósito de esta política era estimular el desarrollo económico en posesiones estadounidenses, como Puerto Rico, Guam y las Islas Marianas, con el uso de corporaciones estadounidenses. Sin embargo, lo que esta política causó no fue la estimulación del capital y el desarrollo en Puerto Rico. La Sección 936 creó un paraíso de impuestos, o mejor dicho, de falta de impuestos, para las empresas estadounidenses en Puerto Rico, ya que para estas mismas la evasión de impuestos federales se convirtió legal. Puerto Rico se convirtió en un paraíso para toda empresa, particularmente estadounidense.

De la misma manera, las empresas de la metrópoli en Puerto Rico no hacen público cuánto invierten en el archipiélago, algo muy sospechoso de naturaleza. Entonces, para comprender cómo este fenómeno beneficia a los Estados Unidos y sus empresas, Emilio Pantojas García compara el PIB (Producto Interno Bruto) de Puerto Rico con el de otros países y asimismo cuánto generan las empresas estadounidenses en cada uno de estos países. En el 1996, el PIB de Puerto Rico fue de $45.3 billones, mientras que el de Canadá fue de $601.6 billones y el del Reino Unido de $1,180 billones. Como se puede ver, el PIB de Puerto Rico es muy bajo en comparación. Sin embargo, para este mismo año, las empresas estadounidenses en Puerto Rico generaron más que las que se encontraban en Canadá o el Reino Unido. En Puerto Rico, el ingreso de estas compañías fue de $15,423 millones, en Canadá, se generaron $8,642 millones y en el Reino Unido, $13,862 millones. A pesar de que no se presentan las ganancias para Puerto Rico, al observar estos datos se puede ver claramente que la mayoría de estas van más hacia los Estados Unidos y sus empresas que a Puerto Rico. Por otro lado, se ha estimado que, bajo la Sección 936, la evasión de impuestos federales de estas corporaciones entre el 1983 y 1995 tiene un total aproximado entre $26 y $32 billones.


-Noelia Ortiz Rivera


Bibliografía

Blanco Peck, R. La dependencia fiscal y la política pública del Estado Libre Asociado de Puerto Rico.

Revista De Administración Pública.

Mejía Acosta, A., & de Renzio, P. (2008). Aid, Rents and the Politics of the Budget Process. Working Paper:

Institute of Development Studies.

Moore, M. (2007). How Does Taxation Affect the Quality of Governance? Working Paper: Institute of

Development Studies.

Pantojas García, E. (2007). “Federal funds” and the Puerto Rican economy: Myths And Realities. Centro

Journal, 002.





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